OBRAS DE LOS PADRES DE LA IGLESIA (632)

Jesucristo, el Buen Pastor

Hacia 1525

Francia

Orígenes, Veintiséis homilías sobre el (libro) de Josué

Homilía XX: Sobre la dificultad de la comprensión espiritual; y sobre Caleb, cómo recibió en Hebrón; o sobre sus hijas (Jos 15,13 ss.)

Introducción

Recién en el § 3 se trata el tema propiamente dicho de la homilía, es decir, la repartición de la heredad que beneficia en primer término a Caleb. A quien se le asigna su porción por mandato del Señor y por su especial relación con Josué, ya que son los dos únicos sobrevivientes de los hombres armados que salieron de Egipto (§ 3.2).

¿Por qué de “ciudad de las letras” pasó a ser Dabir (= palabra)? Con esta pregunta Orígenes comienza un recorrido no siempre fácil de comprender (§ 3.3).

Empieza con el tema de la herencia que Caleb dio a su hija, cumpliendo la promesa que había formulado (Jos 15,16; § 4.1). Y advierte inmediatamente que este es un texto de difícil explicación, solicitando la oración de los oyentes y su colaboración a fin de poder cumplir su tarea (§ 4.2).

Texto

Privilegios concedidos a Caleb en la distribución de la tierra

3.1. Ahora no tenemos el tiempo suficiente para tratar sobre todo lo que se ha leído, por lo que nos restringiremos a unos pocos temas, conforme el Señor nos lo permita.

3.2. El inicio de la distribución de la heredad, que Josué repartió, comenzó con Caleb (cf. Jos 14,13). Porque es este Caleb a quien fue dada la porción de su herencia antes que su tribu, que es la de los hijos de Judá, la recibiera; y le fue dada no en los confines del territorio, sino en medio de los hijos de Judá (cf. Jos 15,13 ss.). Además, la porción le fue dada no por suertes, sino por un mandato del Señor, y se le dio una ciudad entera. ¿Qué otro era digno de conseguir tal heredad y recibir tal porción? Únicamente Caleb, que solo con Jesús Navé fue salvado de entre los seiscientos mil hombres armados que salieron de Egipto. Él merecía recibir una metrópolis. Y así está escrito: “Jesús le dio la ciudad de Arboc[1], capital de Hebrón (Jos 15,13), donde estaban las tumbas de los patriarcas. Y él, después de tomar la ciudad de Arboc, que era la capital de Anac, que es Hebrón, exterminó allí a los tres hijos de Enac (cf. Jos 14,14 LXX).

Una pregunta

3.3. ¿Qué piensas que quiere mostrarnos la Escritura con esto, al señalar que, cuando Caleb recibió la porción de su heredad, exterminó a los tres hijos de Enac, y nos conserva sus nombres, esto es, Susi, Achima y Thalami, descendientes de Enac (cf. Jos 15,14)[2]? Veamos, por tanto, por qué no le bastó decir “hijos de Enac”, sino que también añadió los nombres de ellos y además encima agregó: “Estos eran descendientes de Enac”. Pero en lo que sigue refiere asimismo que, una vez recibida su heredad, Caleb subió hacia los que habitaban en Dabir, cuyo nombre anterior era ciudad de las letras (cf. Jos 15,15 LXX). Por consiguiente, hay que ver por qué primero se llamaba ciudad de las letras y después se convirtió en Dabir.

La herencia que Caleb entregó a su hija

4.1. Además de esto se refiere que Caleb tenía una hija e hizo una promesa diciendo: “A quienquiera que abata la ciudad de las letras y la capture, le daré por esposa a mi hija Ascha[3]” (Jos 15,16). Y cuando aquel propuso esto, “Otoniel (Gothoniel), hijo de Cenez (o Kenez), el hermano más joven de Caleb, capturó la ciudad de las letras” (Jos 15,17). Pero también esta Escritura santa presenta un problema, porque si, como dijimos, nada debe ser pasado por alto ociosamente en estas palabras, ¿cómo se dice sobre Othoniel, que era hermano de Caleb, y se escribe que Caleb era hijo de Jefoné, pero Othoniel lo era de Cenez? ¿Cómo, entonces, puede ser hermano de Caleb, no siendo hijo de Jefoné? Porque de aquel se dice que es hijo de Jefoné, de este que lo es de Cenez, de quien se afirma que capturó la ciudad de las letras. Sobre el cual se agrega que era más joven y, en virtud de la promesa de Caleb, recibió en recompensa por su valor a Ascha, hija de Caleb, porque había sometido y abatido la ciudad de las letras. Y saliendo de la casa de su padre, Ascha, que en virtud de la promesa de Caleb había sido dada en matrimonio a Othoniel, sentada sobre un asno decía a su esposo: «Pediré una porción de campo a mi padre. Y desde la montaña gritó. Caleb le dijo: “¿Qué te pasa?”. Ella dijo: “Dame una bendición, pues me entregaste en matrimonio en una tierra austral”. Y recibió la Gonetla superior y la Gonetla inferior». Y la Escritura termina diciendo: “Esta es la heredad de la tribu de Judá” (Jos 15,18-20)[4].

Dificultad para explicar estos textos

4.2. Ustedes ven que verdaderamente es necesario el auxilio de Dios para poder explicar este texto. Es imposible para un hombre explicar este texto, si no es iluminado por la gracia de Dios. Por tanto, ayúdenme con sus oraciones y trabajen junto conmigo, para que en estos oscuros y recónditos pasajes el Señor se digne mostrarnos la luz de su verdad; para que podamos abrirles cómo estas palabras son verdaderas, útiles y divinas, pero por causa de la humana fragilidad, cubiertas de símbolos y envueltas en misterios.



[1] LXX: Arbok; en hebreo: Quiryat-Arbá, que era el antiguo nombre de Hebrón (cf. Gn 23,2; 35,27; Jc 1,10).

[2] Translitero los nombres tal como aparecen el texto latino. En la LXX se lee: Sousí, Tholmí y Akhimá.

[3] Tal el nombre en la versión latina de Rufino. Akhsá en la LXX; o simplemente: Aksá.

[4] El texto de la LXX dice: «Ocurrió que cuando ella (Akhsá) entraba, deliberó con él (Gothoniel) diciéndole: “Pediré a mi padre un campo”. Y gritó desde el asno. Y le dijo Khaleb: “¿Qué te pasa?”, y le dijo: “Dame una bendición, porque me has entregado a la tierra de Nágeb. Dame Golathmáin de arriba y Golathmáin de abajo”. Ésta es la herencia de la tribu de los hijos de Judá”. La petición se comprende teniendo en cuenta que iba con su marido al desierto de Nágeb (o Négueb; Jos 15,18-20).