La Medalla de San Benito
Esta Medalla no tiene su origen en el mismo san Benito, porque la primera mención de ella recién la encontramos en el siglo IX, con ocasión de la curación milagrosa del monje Bruno, que más tarde fuera el papa León IX. Pero la medalla muestra un aspecto importante de la vida de san Benito: su lucha contra el mal, contra el pecado y el demonio. es decir, contra todo aquello arrastra al hombre por el camino del mal, que lo hace opresor y no servidor de los hermanos (ver Mateo 4,1-11).
La medalla alcanzó mucha popularidad a partir del año 1647. Fue un hecho curioso que llamó la atención sobre ella. Sucedió que en Alemania fueron puestas en la cárcel unas brujas; y durante el juicio que se les hizo, ellas declararon que sus pretendidos poderes no habían logrado nada contra los monjes del monasterio de Metten (Baviera, Alemania), porque los protegía una cruz. Al visitar el monasterio se comprobó que, efectivamente, en las paredes estaban pintadas varias cruces acompañadas de algunas inscripciones, que son las que ahora se pueden leer en una de las caras de la medalla. Después de este hecho la medalla se difundió cada vez más. El 12 de marzo de 1742, el papa Benedicto XIV aprobó definitivamente su uso.
La imagen de san Benito de esta medalla es copia del icono que se encuentra en el Monasterio de Tupäsy María (Santiago, Misiones, Paraguay), y que fue pintado por el monje sacerdote Ruberval Monteiro da Silva del Monasterio Benedictino de la Resurrección (Ponta Grossa, Paraná, Brasil).